¿Por qué evangelizamos?
Jesús nos ordenó evangelizar también para traer esclarecimiento y rescatar al mundo del error. El Señor Jesús, "el camino, la verdad y la vida",21 vino a nosotros como un maestro, que abre a la sabiduría, que no sólo conduce a la vida eterna sino que también lleva a la realización humana, que refleja la dignidad y el misterio de nuestra naturaleza. A menos que las personas se percaten de la grandeza para la cual han sido creadas, no les será posible alcanzar su plenitud y sus vidas estarán incompletas. Tampoco sabrán que son llamadas a la unión interpersonal con Dios y con cada una. La unión íntima que Jesús reveló en su vida, ser uno con el Padre y regocijarse en el Espíritu Santo, puede colmar nuestras vidas. Esta es la unión en la cual Jesús desea que todos compartamos, una unión cuya realización trae gran paz a pueblos, familias, sociedades y al mundo entero. La evangelización nos abre a la sabiduría de Cristo y a la unión personal con Dios y los demás.
Finalmente, el Señor nos dio una razón más para evangelizar: nuestro amor por cada persona, cualquiera que sea su situación, idioma, condición física, mental o social. Ya que hemos experimentado el amor de Cristo, lo queremos compartir. Los dones de Dios no son para ser guardados con nosotros. Como una gran redada de peces, o una medida apretada y rebosante de harina, nuestra fe hace que nuestros corazones rebosen del deseo amoroso de llevar a todos los pueblos al Evangelio de Jesús y a la mesa de
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